9/3/10

Aumenta en EE UU el consumo de marihuana entre ancianos




Por mucho tiempo una costumbre entre los jóvenes, el consumo de marihuana, la droga ilícita más popular de Estados Unidos, está creciendo ahora entre los ancianos, al envejecer la generación de posguerra.
En sus 88 años, Florence Siegel ha aprendido a relajarse: Una copa de vino tinto, un ejemplar del New York Times -si puede arrebatárselo a su esposo- y música clásica, preferiblemente Bach.
A eso agrega, cada noche sin fallar, una pipa con marihuana.
El número de personas de 50 o más años de edad que reportaron haber usado marihuana en el año previo subió de 1,9% a 2,9% de 2002 a 2008, según encuestas de la Administración de Servicios de Salud Mental.
El aumento fue más marcado entre las personas de 55 a 59 años, cuyo uso reportado subió de 1,6% en 2002 a 5,1% en 2008.
Los analistas esperan mayores incrementos a medida en que 78 millones de personas nacidas entre 1945 y 1964 envejecen. Para muchos de ellos, la marihuana nunca tuvo el estigma que tuvo para generaciones previas y la probaron desde hace ya muchos años.
Algunos la han usado desde entonces, mientras que otros están regresando al hábito en su edad de retiro, ya sea por recreación o para aliviar los dolores de la vejez.
Siegel camina con un bastón y padece de artritis en la espalda y las piernas. Dice que la marihuana le ha ayudado a dormir mejor que las píldoras que solía tomar. Afirma que no puede entender por qué todas las personas de su edad no están fumándola.
"Se están perdiendo buenos tiempos y mucho alivio'', dijo.
Defensores del uso de la marihuana dicen que políticamente el número de consumidores ancianos pudiera representar un cambio importante en la larga lucha para cambiar las leyes.
"Durante mucho tiempo, nuestros oponentes políticos eran los estadounidenses más viejos, no familiarizados con la marihuana y que la consideraban muy peligrosa'', dijo Keith Stroup, fundador y abogado de NORML, un grupo a favor de la marihuana.
Muchos dicen que la droga alivia problemas de la vejez, como dolores, glaucoma, degeneración macular y otros. Pacientes en 14 estados están protegidos por las leyes de marihuana medicinal, pero los otros la compran o cultivan ilegalmente.
Entre ellos está Perry Parks, de 67 años, un piloto militar retirado que sufre artritis y una enfermedad degenerativa de la columna. Dice que ha probado toda suerte de medicamentos, desde Vioxx hasta esteroides, sin resultado. Hace dos años decidió probar con la marihuana y dice que le sorprendió lo bien que le aliviaba el dolor.
"Me di cuenta de que podía vivir sin narcóticos (legales)'', dijo Park, refiriéndose a los analgésicos por receta.
"Esencialmente estoy libre de dolor''.

La marihuana quiere ser legal



Una vez más, California se pone al frente de los cambios en EE UU con una petición firmada por más de 700.000 votantes para que en la próxima elección de noviembre el electorado decida sobre la legalización de la marihuana.En California, aun cuando la marihuana es legal para usos médicos, su uso recreativo está penado. La "iniciativa", según el lenguaje legislativo-electoral californiano, es vista con gran interés por el resto del país, pues podría extenderse, particularmente cuando hay ya 14 Estados en los que su consumo médico es legal. "Más de la mitad de la población apoya la legalización", asegura Keith Stroup, abogado y fundador de la Organización Nacional para la Reforma de las Leyes sobre Marihuana (Norml).

Al margen de si se aprueba la iniciativa -todavía hay que comprobar la validez de las firmas-, lo que está claro es que la percepción del uso de esta planta ha cambiado. "La mitad de la población adulta ha experimentado con marihuana", calcula Stroup. Igual de importante es la actual crisis financiera y la nueva actitud ante la marihuana de la Administración de Obama. "Muchos legisladores y el público se han dado cuenta de que no sólo no es una amenaza, pues es menos dañina que el alcohol y el tabaco, sino que además puede ser una fuente de ingresos", señala Mike Meno, de la organización Marijuana Policy Project.

En California, donde se ha vivido una seria crisis presupuestaria que ha obligado a realizar severos recortes, no es fácil descartar la idea de obtener millones de dólares en impuestos por las diversas actividades en torno a la marihuana. Un análisis oficial revela que con un impuesto de 50 dólares (37 euros) por onza (28,3 gramos), el Estado obtendría alrededor de 1.000 millones de dólares anuales (730 millones de euros), cifra que, aunque los críticos consideran inflada, sigue siendo significativa. Se calcula que la marihuana cultivada en California tiene un valor de 14.000 millones de dólares al año. Su comercio en EE UU mueve unos 113.000 millones de dólares anuales (unos 83.000 millones de euros).

La nueva actitud del Gobierno de Obama tiene que ver con la decisión del Fiscal General de no perseguir a quienes consumen marihuana por motivos médicos. Aunque su uso médico es legal en 14 estados, a nivel federal sigue siendo delito su cultivo, posesión y consumo. Durante la Administración Bush, con frecuencia se detenía a gente y la policía irrumpía en sitios donde se distribuía marihuana médica.

"Ahora hay un mensaje de mayor permisividad", señala Tom Ammiano, asambleísta estatal en California y autor del último proyecto de ley para legalizar y gravar la droga. El proyecto no llegó a tiempo al pleno de la legislatura, pero por primera vez se aprobó en comité.

La reciente decisión de la ciudad de Los Angeles de reducir el número de lugares donde se dispensa marihuana por prescripción médica es vista como positiva por quienes piden la despenalización. "El mensaje que se envía es que se va a regular su uso médico como algo legal y abierto", explica Steven Gutwillig, de Alianza para Politicas de la Droga.

No todo el mundo está a favor de su legalización. Además de los políticos, que en su mayoría temen que se les tilde de blandos ante el crimen, quienes principalmente se oponen son las asociaciones de policías y grupos de médicos, jueces y líderes pro familia. Sus argumentos son que perjudicará a la juventud, que habrá más accidentes de tráfico y que los carteles de la droga controlarán una industria legal. "Con todas las muertes en carretera, ¿qué hay de bueno en añadir legalmente otra sustancia que altera la mente?", dice John Lowell, portavoz de varias asociaciones de policía.

Los activistas en pro de la legalización confían en haber pasado página: según las encuestas, el 56% de los entrevistados está a favor de la despenalización de la marihuana para usos recreativos.